Los lípidos epidérmicos
Estos lípidos son esenciales para la salud de la piel: crean su barrera protectora y fijan la humedad. Cuando faltan los lípidos, la piel puede llegar a estar seca y puede percibirse tirante y áspera.
La epidermis está cubierta por una emulsión de agua y lípidos (grasas) conocida como
película hidrolipídica.
Esta película, mantenida por secreciones de las glándulas sudoríparas y sebáceas, contribuye a mantener la piel flexible y actúa como barrera adicional frente a bacterias y hongos.
Manto ácido protector
La parte acuosa de esta película, contiene:
- Ácido láctico y diversos aminoácidos del sudor.
- Ácidos grasos libres del sebo.
- Aminoácidos, ácido pirrolidincarboxílico y otros factores hidratantes naturales (FHN), que son predominantemente productos secundarios del proceso de queratinización.
Este manto ácido protector proporciona a la piel sana su pH ligeramente ácido, entre 5,4 y 5,9. Es el medio ideal:
- Para que vivan los microorganismos afines a la piel (conocidos como flora cutánea saprófita) y sean destruidos los microorganismos nocivos.
- Para la formación de lípidos epidérmicos.
- Para las enzimas que impulsan el proceso de descamación.
- Para que la capa córnea sea capaz de repararse a sí misma cuando esté dañada.