9. Niveles de amputación
Teóricamente, cualquier nivel es posible, pero no todos se ajustan a los principios generales. Así tenemos funcionales para el miembro superior e inferior, que pasamos a enumerar suscintamente. La mayoría son debidas a graves traumatismos o a neoplasias.
9.1. Miembro Superior
I. Amputación interescápulo-torácica. T. de Littewood o cuarterectomía.
II. Desarticulación del hombro.
III. Amputación a nivel del cuello del húmero. Cuando sea posible, dejar un muñón mínimo a 3 traveses de dedo por debajo del pliegue axilar, salvo que se trate de neoplasia maligna.
IV. Amputación de húmero: A nivel de su tercio inferior.
V. Amputación del antebrazo: A nivel del tercio medio. Sin embargo, una amputación demasiado distal, aunque tiene la ventaja de una buena palanca y adaptabilidad, sufre a menudo de una piel fría y cianótica, con poco tejido subcutáneo y muscular recubriendo los extremos óseos. Pinza antebraquial de Krukemberg-Putti.
VI. Amputación de la muñeca: Ante todo, es preciso conservar cualquier tejido dotado de sensibilidad. Incluso los huesos del carpo y raramente de los metacarpianos, siempre que estén recubiertos por piel viable, pueden ser útiles, puesto que también pueden conservar los tendones extensores y flexores de la muñeca.
VII. Amputación de mano: En general es necesario preservar todo el tejido viable posible.
VIII. Amputación de dedos: La retención de un dedo anestésico o parte del mismo en las mismas condiciones, frío y tieso, no sirve de nada al paciente. En general, el nivel de amputación viene determinado por el nivel de la lesión. En lo posible salvar el dedo pulgar para asegurar la pinza. A nivel de la falange distal procurar que la cicatriz quede dorsal a nivel de falange media; es mejor la amputación en el cuello antes que la desarticulación; mejor que la amputación en falange proximal, es más indicada la incisión en raqueta de tenis con resección del metacarpofalángico.
9.2. Miembro Inferior
I. Amputación interileoabdominal o hemipelviectomía. Se trata de una amputación de la extremidad inferior, incluyendo la articulación de la cadera y la hemipelvis correspondiente.
II. Desarticulación de la cadera.
III. Amputación del muslo. A 25 cm por debajo del trocánter mayor.
IV. Amputación del fémur distal. Se ha considerado la amputación a nivel de la rodilla, pero las amputaciones por debajo del nivel de amputación por encima de la rodilla, son la amputación a nivel del fémur distal y las amputaciones transcondíleas, supracondílea y de Gritti-Stokes.
V. Desarticulización de rodilla. De mayor uso cuando hay presencia de cartílago de crecimiento más utilizado en niños y jóvenes.
VI. Amputación a nivel de la unión del tercio medio con superior de la pierna. Constituye un muñón ideal porque permite la adaptación y manejo de una prótesis de tipo PTB (patellar-tendón-bearing). Esta amputación por debajo de la rodilla permite una flexo-extensión natural de dicha articulación.
VII. Amputación del pie, transmetatarsiana.
VIII. Amputación de los dedos del pie. Se practican incisiones paralelas sobre las superficies dorsales y plantar, que se inician a nivel de la primera articulación metatarso-falángica y siguiendo en sentido lateral suben ligeramente a la base de los dedos y se unen en las comisuras.
IX. Pelvectomía total. Actualmente de uso poco frecuente, es una operación muy traumatizante.
10. Prótesis
Son aparatos que compensan la ausencia parcial o total de una extremidad. Deben ser confortables, funcionalmente útiles y cosméticamente aceptables.
En el mercado existen modelos de los más simples a los más sofisticados. Además, varía la calidad de sus elementos y, por tanto, de su costo. ¿Cuándo debe proveerse la prótesis? Cuanto antes se pueda a continuación de la operación, una vez cicatrizada la herida.
A partir de ese instante se inicia la masoterapia, movilización y despegamiento gradual de los planos, vendaje elástico y de constricción progresiva y junto con ello, se coloca una prótesis provisional o de transición. De este modo se prepara al paciente para tolerar y adaptarse mejor al empleo de la prótesis definitiva, que solamente podrá aplicarse cuando el muñón sea definitivamente indoloro, tenga una actitud fisiológica y su circunferencia se haya reducido por reabsorción del edema y la mayor parte del tejido celuloadiposo. Todo esto se consigue más o menos a los 5 o 6 meses.
10.1 Elementos de una prótesis
Elementos de suspensión. Mantienen la prótesis en su lugar.
II. Elementos de control. Correas o cables que actúan y dominan los movimientos del miembro artificial.
III. Conos de enchufe o sockette. Es la parte que se adapta al muñón.
IV. Articulaciones. Que reemplazan a las anatómicas.
V. Dispositivos terminales. Son elementos que se colocan en la parte distal de la prótesis.
Siempre hubo discrepancias entre cirujanos y protetistas en lo que se refiere a las adaptaciones del muñón al sockette o del sockette al muñón. Se ha llegado a la conclusión de que el trabajo debe ser coordinado; ambos deben opinar previamente al acto quirúrgico y el protetista oferta su disponibilidad ideal. Es que la prótesis debe ser confeccionada para cada muñón, pero lamentablemente, en nuestro medio son producciones stándar o en serie, y solo permite adecuarlas a cada paciente.
En los países desarrollados se utiliza solamente el sockette de apoyo o contacto total, que permite adaptar el sockette exactamente a la anatomía del muñón, desapareciendo en esta forma todas las molestias derivadas de la no adecuación o incompatibilidad de la unión Sockette-muñón.
Otro avance tecnológico está representado por las prótesis mioeléctricas, las cuales permiten movimientos rítmicos y acompasados muy similares a los movimientos normales y con un mínimo esfuerzo. Constan de microsensores colocados en las paredes internas del sockette, que amplifican en miles de veces la fuerza de contracción muscular, lo que activa en forma suave los mecanismos de la prótesis. El gran inconveniente de este miembro artificial es su altísimo costo.
Las prótesis pueden ser: Para miembro superior, en las que predomina la función fina distal; inicialmente se usó la mano artificial o cosmética; posteriormente se usaron los garfios, más funcionales, pero antiestéticos, y últimamente se está trabajando en las prótesis mioeléctricas. Para miembro inferior predomina el soportar peso; inicialmente se usó la prótesis de apoyo distal (pata de palo), luego las de apoyo proximal; ambas creaban ulceraciones en la zona de apoyo; últimamente se están empleando la prótesis de contacto total.
11. Amputaciones y enfermedades vasculares periféricas
Las enfermedades vasculares que pueden ser indicaciones de amputación son la arterioesclerosis, la tromboangeitis obliterante y la diabetes descompensada. En estas afecciones se puede producir necrosis o gangrena seca o húmeda, que es la que condiciona la indicación quirúrgica. Estas lesiones se dan generalmente en miembros inferiores. En estos casos se debe hacer una buena evaluación vascular periférica (pulsos, Doppler) y contar siempre, como con en toda intervención quirúrgica, con la autorización para la misma. Hay un dato práctico para determinar el nivel de amputación en el miembro inferior: Con el paciente en sala de operaciones, hacer cortes en piel a nivel de la pierna, si hay buen sangrado, aun cuando la arteriografía esté bloqueada a nivel poplíteo, puede realizarse la amputación por debajo de la rodilla, debido a que hay una buena circulación colateral; si no sangra es mejor hacer la amputación por encima de la rodilla. La amputación por debajo de la rodilla es más funcional. La amputación por encima de la rodilla está más indicada en las personas muy ancianas.