Conciencia de las fortalezas y dificultades de los dispositivos protésicos
Aunque hay avances tecnológicos muy relevantes, a los pacientes se les debe concientizar que en el mundo, no existen prótesis para miembro superior, perfectas. Ninguna que se encuentre en el mercado, logra restituir totalmente la funcionalidad, ni la estética pérdidas.
Los factores cerebrales y psicológicos del ser humano
Son dilemas duros, pendientes por resolver en la ecuación en el diseño de la prótesis idónea, destacando que el cerebro tiene la tendencia a “despreciar” o quizás “desconfiar” al ser conectado o al depender de máquinas externas o ajenas a la fisiología natural del cuerpo. La preocupación más usual de científicos y diseñadores es el rechazo que por causas psicológicas o por motivos cerebrales del cuerpo hacia la máquina.
Otro choque frecuente sucede a nivel consiente
Es entre el aspecto, funcionalidad y practicidad. Tres factores que difícilmente llegan a estar en armonía. Las prótesis más funcionales son las más antinaturales, difíciles de portar y mantener. En el caso contrario, las más realistas y naturales son las que soportan menor cantidad de aparatos y tecnología.
Otro problema de diseño para resolver
Nos pone los pies en la tierra contraponer la durabilidad y resistencias del cuerpo humano en comparación con una prótesis, debido a los grandes esfuerzos químicos, físicos y medioambientales a los que día a día, está sometido el cuerpo, que cuenta con mecanismos como la adaptabilidad y la regeneración celular, factores que actualmente son imposibles de copiar en un dispositivo artificial.
Es una imposibilidad
Por muy costosas que sean, es una imposibilidad para la ciencia y tecnología, crear prótesis ideales que de forma natural (según la morfología y biomecánica humana) restituyan ambos factores, menos simultáneamente. Aunque la humanidad cuenta con cientos o quizás miles de estudios y proyectos en torno al tema, la realidad es que faltan décadas para acercarnos al mejor diseño posible de una prótesis para miembro superior.
Incluso las prótesis más desarrolladas ofrecen grandes retos para los diseñadores y pacientes en su apariencia, adaptación y uso cotidiano, quizás lo anterior sea parte de las causas del porqué pese a los miles de intentos, nadie ha logrado imitar o sustituir un miembro humano a cabalidad.
El trasplante de mano y miembro superior
Es una realidad que las expectativas del futuro para los pacientes amputados están puestas en el avance de las cirugías de trasplante que actualmente están en proceso de pruebas y evaluación.
Partiendo de las anteriores declaraciones
Inicia el dilema para el paciente quien debe escoger de una amplia gama de opciones y particularidades, preguntándose ¿cuál es la empresa o dispositivo protésico que más se aproxima a su necesidad o ideal?, todo sin dejar de lado el tipo de seguro o presupuesto con el que se cuenta para la compra.
Para ejemplarizar se mencionarán algunos problemas de las prótesis miolectricas más sofísticas y costosas (de USD 12.000, en adelante) del mercado mundial:
- Muy poca duración de las baterías, el usuario las debe recargar muy seguido.
- Limita al usuario que depende de recargar su electricidad.
- Muy pesadas debido a los componentes mecánicos y electrónicos.
- Requieren un entrenamiento físico significativo antes poder accionarlas.
- Requieren mucho entrenamiento cerebral para la coordinación con los sensores.
- Solo existen modelos para lesiones cortas (cerca al codo).
- No se pueden adaptar a cualquier tipo de muñón o de persona.
- Mucho ruido de los servomotores.
- La poca elongación o flexión.
- La adaptación total tarda meses e incluso años.
- Rigidez y poca naturalidad en los componentes estéticos.
- Diseño antinatural por el abultamiento que causan de los componentes mecánicos.
- Por su electrónica compleja, se deben cuidar extremadamente para evitar daños.
- No se pueden tener contacto prolongado con el agua.
- Las regiones húmedas las dañan.
- Cualquier daño por leve que sea, las incapacita.
- Difícil reparación, requieren técnicos superespecializados de la fábrica y país de origen.
- Complejo mantenimiento diario.
- Por su aspecto robótico, usarlas llama mucho la atención de los demás.
- Entre muchos otras limitaciones que no se mencionan.
Ciencia ficción versus la realidad
Lo dice Hernán Darío, de forma muy jocosa. Es el testimonio de un paciente, que experimentó la pérdida de su brazo en el año 2004, quien hasta el 2020 ha probado nueve prótesis de diferentes tipos, por lo que ya cuenta con gran experiencia en el mundo de la amputación y la protetización.
Testimonio:
“Al año y medio del accidente, tuve mi primera y última prótesis miolectrica. En medio de los grandes cambios que estaba experimentando, pensé que era lo mejor que me podía suceder. Aunque ya estaba utilizando una prótesis más modesta (Prótesis estética, funcional y antropomorfa estándar). Los asesores de la una empresa me llevaron a suponer que necesitaba una prótesis moderna, que tenerla era “de película”, pero a los seis meses de usarla, decidí retomar mi prótesis anterior (la más modesta). Decisión que me costó miles de dólares.
Aunque los héroes de ciencia ficción, como el soldado de hielo (de MARVEL) o Cíborg (de D.C.), se sientan muy cómodos luciendo el poder y potencial de sus prótesis, en la vida real a menos que tengan láser o se nos dé un superpoder, je, je, je. Pocas personas queremos o necesitamos tener conectada una máquina llamativa, ruidosa y pesada, que al fin de cuentas genera más problemas que soluciones. Usar este tipo de aparatos otorga atención molesta de todas las personas, además de muchos trabajos y padecimientos adicionales.”