La rehabilitación vista desde el Sistema de Salud

Cuando se sufre amputaciones de miembros superiores, en específico de los dedos de la mano, es bien sabido que los médicos y el sistema de salud en general, tienen como principal objetivo salvar la vida. Evitando infecciones y reacciones desfavorables, las cuales puede que acarreen una mayor pérdida.

En la medida de lo posible, el profesional médico restaura o conserva la funcionalidad, incluso para este fin a veces se sacrifica la estética de los dedos o de la mano, como por ejemplo; implantar dedos del pie en la mano. Por lo tanto la pérdida del valor estético, no se ve  como un impedimento para que el paciente continúe con su vida.

La imagen, como protagonista del mundo moderno

Actualmente, las redes y otros fenómenos de comunicación masiva, convierten a la imagen, en el principal mediador entre los individuos y la sociedad.

En este contexto, la mayoría de personas amputadas y con deformidad, además de su afectación física, se sienten incompletas porque su imagen no satisface el  estándar que propone la sociedad de consumo. Forman parte de lo anterior, el ‘bullying’ y la discriminación.

¿Cómo se siente una persona con una amputación de los dedos?

Imagínese por un momento que a usted le haga falta un diente o simplemente lo tenga un poco despicado.  Esto puede que le genere temor al qué dirán. Surge la prevención ante las miradas y los cuestionamientos, así mismo comenzará a tener cambios en su comportamiento, como evitar salir a la calle o lugares de acceso público, incluso le daría vergüenza y evitaría sonreír ante las personas cercanas. Lo que afectaría de raíz su manera de interactuar en su trabajo, en su casa y en todos los espacios de socialización. Cada vez será más complicado expresarse y comunicarse y sentirá un rechazo por parte de los demás (sea este real o no).

Ahora… imagínese, vivir sin uno o varios dedos, ¿cómo afectaría esto su cotidianidad y relación con los demás?… Tómese un momento para realizar este ejercicio.

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La importancia de los dedos

Nuestros dedos son capaces de desempeñar una gran variedad de funciones como: tocar, agarrar, sentir, sujetar, manipular, acariciar, entre otras. Son una parte vital de nuestro cuerpo porque definen quiénes somos y cómo nos vemos a nosotros mismos.

Pueden realizar actividades sumamente delicadas y precisas, como escribir una carta, pintar un cuatro, enhebrar una aguja o tocar el violín. También nos permiten realizar labores pesadas, como cavar con una pala, oscilar un hacha, perforar el cemento con un martillo. Los usamos para sentir si algo está frío o caliente, afilado o desafilado, áspero o suave.

Herramientas para la comunicación

Incluso cuando hablamos, son parte importante de nosotros y de lo que decimos, ayudan a muchas personas a expresarse cuando hablan.  Y, por supuesto, son los dedos los que, literalmente, hablan cuando una persona utiliza el lenguaje de señas.

Herrameintas para conexión

El espacio físico en el que movemos los dedos, su campo de movimiento, es mayor que nuestro “espacio vital”. Si impulsamos el hombro, el brazo y la mano hacia adelante, podemos llevar los dedos mucho más allá de sus límites habituales. Esta increíble habilidad para mover los dedos de la mano pone de relieve la gran diferencia que existe entre ellos y los dedos del pie.

Herramientas para la socialización

Independientemente de la cultura o del contexto social, los dedos, las manos y la cara forman parte del modo en que nos presentamos ante los demás. Una sonrisa tiene la intención de expresar afecto y amabilidad. Una o ambas manos extendidas transmiten un saludo y demuestran a la otra persona que ni somos peligrosos ni estamos enfermos. Las manos y la cara son las partes más importantes de nuestra imagen corporal.

Es más probable que mostremos al mundo la cara y los dedos de las manos que cualquier otra parte de nuestro cuerpo.

La cirugía y las decisiones

Por lo general, si la persona puede conservar algunas habilidades de agarre y movimiento, es bueno intentar salvar una extremidad superior porque probablemente será más útil que la prótesis. Conseguirá cierto sentido de la funcionalidad y llama menos la atención sobre su discapacidad.

Las posibles amputaciones en dedos y manos

La mayoría de las amputaciones se deben a traumatismos, ya sean de tipo laboral, por aplastamientos o arrancamientos, o por accidentes de tráfico, especialmente en accidentes de moto. O la congénita, que se da en el momento de formación del feto.

Las amputaciones de la mano se clasifican de acuerdo con la parte afectada; pueden encontrarse amputaciones en distintos niveles del pulgar, de los demás dígitos y de la mano completa.

Amputación del pulgar:

La funcionalidad de la mano está representada en un 40 % por la presencia del dedo pulgar. Su conservación es fundamental y en caso de tener que realizar una amputación, esta siempre debe ser lo más distal posible. Las amputaciones interfalángicas, en especial la distal de la primera falange, causan la menor afectación en la funcionalidad del pulgar.  En las amputaciones proximales o de todo el pulgar se debe crear un nuevo dedo con capacidad de oposición.

Amputación de un dedo trifalángico:

Las amputaciones de los dedos se clasifican según el nivel. Las amputaciones que dejan más de la mitad de la falange proximal pueden ser funcionales, mientras que la amputación proximal a la porción media de la falange proximal es, típicamente, una amputación no funcional.

La amputación de todo el rayo (amputación que incluye todas las falanges y el metacarpiano del dedo comprometido) proporciona una mano estéticamente más aceptable, presentándose desplazamiento de la funcionalidad del dedo faltante hacia los otros dedos. Sin embargo, el procedimiento estrecha la palma de la mano en un 20 % a 25 %, lo que reduce su capacidad para estabilizar objetos.

Amputaciones pluridigitales:

En este tipo de amputación se presenta compromiso de varios dedos de la mano, que puede ser a nivel distal, interfalángico o de todo el rayo, lo que reduce la funcionalidad de la mano de acuerdo con el número de dedos comprometidos.

Las prótesis

Las prótesis de extremidad superior son más complejas y complicadas que los dispositivos protésicos de extremidad inferior. Ya que los dedos y las manos realizan una gran variedad de actividades, desde delicadas y precisas hasta las de potencia industrial.

Tanto si se trata de levantar una taza, mover una silla o rascarse la cabeza por detrás, usted utiliza sus dedos y sus manos innumerables veces por minuto para hacer diversos movimientos en un plano tridimensional, aunque estos se unan en un movimiento único para terminar las tareas.

La versatilidad de los dedos

A pesar de los numerosos y maravillosos avances tecnológicos en el campo de la ingeniería protésica, las prótesis de extremidad superior no pueden, sencillamente, copiar todos estos movimientos. Normalmente, no necesitamos vernos las manos mientras estas trabajan. Pero una persona con una prótesis de extremidad superior sí necesita el contacto visual con el dispositivo para asegurarse de que está haciendo lo que quiere hacer, donde necesita hacerlo.

El cerebro procesa millones de cosas al mismo tiempo, aunque apenas somos conscientes de ello, si es que lo somos. Los dedos y la mano nos proporcionan tantas respuestas sensoriales, detalles que una prótesis, simplemente, no puede transmitir al cerebro.

Prótesis de miembro superior vrs, las de inferior

En general, la tecnología protésica ha avanzado enormemente a lo largo de los años. Sin embargo, ha tenido más éxito la reproducción de la función de las extremidades inferiores que de las superiores. Nada puede reemplazar la pérdida, pero las prótesis de piernas tienden a ser mejores sustitutas que las de brazos, en el aspecto funcional. Y en el aspecto estético pasa desapercibida con pantalones y zapatos, por lo tanto, es fácil ocultar.

Aunque la tecnología ha creado prótesis de extremidad superior increíbles, muchos pacientes deciden utilizar la extremidad sana, en lugar de la prótesis, para llevar a cabo la mayoría de, o todas, las funciones de la extremidad superior.

Esto se debe en la mayoría de los casos que estas prótesis requieren mucha energía y trabajo para realizar los movimientos. Además, estéticamente no se ven como un miembro real. Por lo tanto, las personas que se sienten inseguras, prefieren no usarlas.

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