Descubrimientos recientes
Los nombres más recientes de este trastorno han reemplazado el de apotemnofilia, debido a la creciente convicción de que esta enfermedad no es una parafilia.
Una persona que sufre de BIID desea tener amputadas una o más de sus extremidades. Este trastorno no debería confundirse con la acrotomofilia, que es el deseo sexual por alguien que ya tiene algún miembro amputado. Dentro de la comunidad BIID, los acrotomófilos son llamados «devotos». De todos modos, parece haber alguna relación entre los dos desórdenes, habiendo individuos que padecen ambos.
Aunque la definición oficial del «desorden de identidad de la integridad corporal» precisa que es sólo el deseo de amputación, el Dr. Michael B. First concuerda en que la enfermedad podría incluir la necesidad de otros impedimentos, como la paraplejía. Evidencia anecdótica demuestra que un gran porcentaje de personas con BIID necesita sufrir de distintas discapacidades. Para confirmar esto, el Dr. First comenzó un estudio en abril de 2007 como seguimiento a su investigación realizada para la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Si se descubre que la principal motivación de los pacientes con BIID es tener alguna discapacidad, este trastorno podría considerarse como una forma del síndrome de Munchausen.
Intervención médica ante este trastorno
Actualmente, pocos cirujanos cumplirán los deseos de las personas con trastorno de identidad de la integridad corporal. Debido a razones éticas y jurídicas, la cirugía deseada es difícil de realizar. A pesar de estos problemas, varios pacientes lograron la amputación deseada, en la mayoría de los casos con una cirugía pagada en efectivo en un país menos desarrollado.
Algunos de estos pacientes actúan como si fueran verdaderos amputados, usando prótesis y otras herramientas que ayudan a calmar sus ansias de invalidez.
Otros, que realmente se han amputado algún miembro, han llamado a los medios de comunicación para conceder entrevistas telefónicas. En estos testimonios se narra cómo algunas personas han permitido, por ejemplo, que un tren pase sobre ellos, o que hayan dañado sus extremidades tan severamente que los médicos no tienen otra opción que cercenarles.
A menudo, la obsesión se centra en un solo miembro. No obstante, el trastorno de identidad de la integridad corporal no conlleva solamente la amputación: se trata de alterar significativamente la integridad del cuerpo. Algunas personas sienten el deseo de convertirse en paralíticas, ciegas, sordas, o usar dispositivos ortopédicos. Otros fingen ser amputados al utilizar muletas y sillas de ruedas en la vía pública o en sus hogares.