Nota: Esta es una guía clave para la rehabilitación, el acompañamiento y la atención, de personas que han sufrido amputaciones, sean estas traumáticas, programadas o congénitas. 

Tipo de intervención usada


Talleres de grupo
Talleres de grupo

Entrevistas: Individuales, espacio de encuentro y reflexión sobre lo sucedido.

Talleres: Son espacios de acompañamiento, encuentro y reflexión sobre una realidad.

Dinámicas de grupo: Son intervenciones de acompañamiento tanto a las personas afectadas como a sus familiares. Su finalidad es apoyar la elaboración de la experiencia traumática en un contexto grupal que les sirva de soporte emocional, facilitando la socialización y promoviendo entre ellos mismos el apoyo mutuo.

Actitudes que promueven la interacción


Apertura en la entrevista
Apertura en la entrevista

Apertura de la entrevista: Es importante que la entrevista sea abierta y no a base de preguntas y respuestas ya que estas tienden a limitar la libertad de expresión. Si la persona se siente aceptada y respetada es probable que pueda hablar con confianza de sus sufrimientos. Se espera que cuente como se siente con la situación que vive.

Actitud mental adecuada: Es aquella que se adopta ante la persona sabiendo de antemano que ha sufrido y teniendo la capacidad de recibir las emociones y sentimientos asociados a la situación traumática. El acompañante debe estar dispuesto a compartir el sufrimiento y el horror.

Saber escuchar: Significa prestar atención con todos los sentidos: interés por los mensajes verbales y no verbales como postura, lentitud o rapidez de sus movimientos, aspecto, tono de voz, mirada, considerando significativos estos indicios.

Comprender las particularidades de la persona: Es importante aproximarse siempre a las personas considerando sus particularidades, lo que permitirá adaptar y adoptar estrategias de acompañamiento individuales para esa persona o grupo en particular. Escuchar el relato y entender cómo los hechos impactan la vida del paciente y su familia, incluye escuchar la percepción que esta persona tiene del mundo real y cuál es su imaginario cultural.


Comprender y escuchar al otro
Comprender y escuchar al otro

Respetar el relato de la persona tal cual lo expresa: Muchas veces los afectados tienen temporalmente la necesidad de recurrir a fantasías por su incapacidad momentánea de tolerar la realidad. Como acompañantes, esto se debe respetar; sin embargo, según la evolución que se requiera y la necesidad de iniciar su protetización, el profesional debe evaluar si es necesario confrontar al acompañado con la realidad, para ayudarlo a enfrentar lo que ha sucedido.

Ponerse en el lugar del otro: Es importante acercarse al sentir del otro. Generalmente se habla de empatía, que es “ponerse en los zapatos de la otra persona”, comprender y sentir con y como el otro.

Manejar el silencio: A la mayoría de las personas les resulta difícil soportar el silencio, más aún a las personas que han vivido la amputación y eventos traumáticos. El silencio puede comunicar una variedad de sentimientos: hostilidad, deseo de ser aceptado, comprendido, de ser entendido sin palabras, de formar una sola persona con el otro, o suscitar interés o preocupación. En los casos en que las personas han sufrido, el silencio es generalmente sentido como agresión, puesto que son personas que han estado en situación de aislamiento y tratadas más como objetos que sujetos; de ahí que el silencio pueda revivir la vivencia traumática.

Capacidades del acompañante


Profesional psicología
Profesional psicología

Los profesionales que brindan acompañamiento a las víctimas de amputación, deben contar con una amplia trayectoria en el trabajo clínico y psicosocial; de preferencia que pertenezcan o hayan laborado en organizaciones reconocidas y que tengan experiencia en el trabajo con personas amputadas.

Para realizar este acompañamiento hay que tomar en cuenta que las personas que comparecen en busca de una solución están agotadas, y en ocasiones han vivido y experimentado soluciones que no les vasta ni cubre sus necesidades. Por lo general son muchos años de experiencias dolorosas y frustrantes antes de encontrar una solución adecuada.


Psicóloga Escuchando
Psicóloga Escuchando

Al buscar la prótesis nuevamente, se incrementa el estado de tensión y la ansiedad se intensifica; las personas pueden aparecer más perturbadas o más a la defensiva. O por el contrario pueden encontrarse eufóricos y excitados por el nuevo proceso.  La responsabilidad del profesional que las acoge en ese momento es grande, por esa razón debe reunir la experiencia y los requisitos necesarios.

Algunas capacidades fundamentales


Capacidad de apertura
Capacidad de apertura

Compromiso para ofrecer una presencia estable que fortalezca el vínculo. Lo esencial es que el acompañante tenga buena voluntad para tratar de comprender los sentimientos de los amputados, esté dispuesto a escucharlos y los respete como una personalidad única.

Conocer y tener claridad respecto al contexto en el que los afectados se movilizan.

Realizar el acompañamiento desde la realidad cultural del paciente, por lo que debe ser capaz de dejar a un lado sus propios códigos culturales o los que el paciente desearía.

Sostener a las personas involucradas sin etiquetar la situación de patológica ni juzgar a la víctima en ningún aspecto de su vida.


Tener apertura y libertad
Tener apertura y libertad

Ubicar al acompañado como el centro de su historia individual; hacerlo protagonista y darle un sentido a las experiencias traumáticas.

Poder mirar a las personas afectadas en su justa dimensión: sufrieron una experiencia traumática y son protagonistas de un proceso que busca la nueva interacción con el entorno, el demostrar sus capacidades, el no sentirse mal por miradas o preguntas, entre otras situaciones.

Tener herramientas para asumir el riesgo de identificarse con las víctimas y las implicaciones de esta identificación. Mantener la neutralidad profesional.

Servir de contención, ayudando a la persona a manejar los diversos sentimientos (ira, impotencia, culpa, depresión, angustia y dolor) a través del cuidado solícito y de la tolerancia. La capacidad de contener el sufrimiento ajeno es lo que le permitirá al acompañado recobrar su capacidad de comprensión, elaborando e integrando la situación, a fin de regular y normalizar las reacciones físicas y psíquicas y los modos de defensa inadecuados.


Manejo de los sentimientos
Manejo de los sentimientos

El acompañante debe ser capaz de no sentirse abrumado con los sentimientos penosos y aterradores del paciente amputado, para que la función de contención, poder acoger las angustias, que pueda regular su ansiedad volviendo su mundo interno más manejable y estable. Sin negar el terror, se trata de redimensionarlo, dando herramientas para pensar, clarificar y diferenciar, y dar un nombre a los sentimientos confusos. Es trasmutar la angustia insoportable en algo más definido y determinado, para no verla en forma tan peligrosa.

Manejar la culpa del paciente. Los hechos traumáticos hacen que las personas frecuentemente experimenten sentimientos de rabia, confusión o culpa. A veces no toleran los propios sentimientos, ya que generan mucho dolor, y tienden a trasladarlos al acompañante o terapeuta. La culpa es un sentimiento asociado a pensamientos y emociones autorecriminatorias que tienen que ver con el hecho de sentirse responsable de lo que ha pasado. Muchas veces esta culpa es inducida por la familia y/o la comunidad.

Además de comprender los síntomas físicos como expresión del sufrimiento en el cuerpo, debe ser capaz de abordarlos inmediatamente.

Deberá tener la capacidad de tolerar las dudas y la desesperación con respecto a su proceso de protetización, ya que en ocasiones exige grandes dosis de paciencia y tolerancia.





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