Una amputación afecta significativamente la vida y el estado psicológico de una persona por varias razones. Primero, el amputado debe manejar la sensación de perder una extremidad y una pérdida de función. Pueden experimentar desafíos con la movilidad y necesitar depender de otros hasta que se adapten y recuperen la independencia. Algunos pacientes experimentan dolor en el miembro fantasma, que puede afectar negativamente su calidad de vida.
Los amputados también deben hacer frente a las emociones asociadas a una nueva imagen corporal. Estos factores se combinan para producir pensamientos y sentimientos complejos. Los pacientes con amputaciones con frecuencia experimentan una disminución de la autoestima y un miedo al futuro al principio del proceso de curación. Sin embargo, todos estos efectos emocionales se pueden abordar y mejorar.