Desarrollo temprano
A partir de la semana 8 de gestación, los pies y las manos comienzan a formarse; primero como pequeños remos y luego, hacia la semana 11-14, ya aparecen las uñas, así como las líneas en las palmas. Su anatomía es muy compleja y una parte muy importante de los humanos, ya que con estas se manipula físicamente el exterior. Las puntas de los dedos son de las regiones con más terminaciones nerviosas del cuerpo humano, por ello las manos están relacionadas íntimamente con el sentido del tacto, pues son la principal fuente de información del exterior.
Anatomía impresionante
Los dedos tienen asignado un nombre que desde muy pequeños aprendemos (aunque en distintos lugares varían). Si vemos nuestra mano con la palma hacia arriba y de afuera hacia adentro, encontraremos primero al «pulgar» o también llamado «dedo gordo»; luego el dedo «índice»; después el «dedo corazón», también llamado «dedo medio», «mayor», «cordial» o, claro, «grosero». Luego tenemos al «anular» (llamado así porque en la cultura occidental es donde se porta el anillo de matrimonio) y el «meñique» o «dedo pequeño». Cada mano está controlada por el hemisferio del lado contrario del cuerpo y siempre hay una dominante sobre la otra. Se estima que al menos 10% de la población del mundo es zurda, es decir, que viven con la mala reputación de la mano izquierda.
A la parte unida a la muñeca se le llama proximal y a la parte opuesta distal. Conocemos bien la palma o palmar, mientras que a la parte opuesta a esta se le llama dorsal. Las manos humanas cuentan con 27 huesos, 8 en el carpo, 5 metacarpianos y un total de 14 falanges. Existen 3 tipos de falanges, las distales, las medias y las proximales; el dedo pulgar, que es muy especial, solo tiene dos falanges, no tiene falange media. Los dedos no tienen músculos, estos se mueven gracias a los tendones y los músculos de la palma.
Una diferencia llamada pulgar
La estructura y características de las manos humanas se distinguen de los demás miembros del reino animal. Si bien es cierto que los pulgares oponibles no son una característica exclusiva de los humanos, pues los simios y monos los presentan (así como los koalas) sí somos los únicos en tenerlos completamente oponibles y representan uno de los hitos evolutivos del hombre. Con la adopción de la postura bípeda, el pulgar oponible de las extremidades posteriores se perdió, y se desarrollaron ampliamente las habilidades de los pulgares de las manos.
Las manos humanas con sus dedos pueden hacer múltiples combinaciones al mismo tiempo. Por ejemplo, pueden sostener una cosa con peso con tres dedos y al mismo tiempo sostener algo con delicadeza entre el índice y el pulgar. Así, un montón de opciones más que han permitido al ser humano a realizar las más delicadas y precisas labores y al mismo tiempo las que requieren fuerza y concisión.
Las palmas especiales
Las palmas de las manos también tienen características asombrosas. Como veíamos líneas arriba, el área palmar tiene muchísimas terminaciones nerviosas, por tanto, es muy sensible pero también una parte muy resistente al uso diario. La composición de la piel de esa área es muy especial por su combinación de durabilidad y sensibilidad.
Las líneas de las palmas se forman en el desarrollo fetal y ayudan que al plegar la mano no se abulte la piel. Las características de las líneas son genéticas, muy contrario a la creencia popular de que ahí se esconde el “destino” de sus portadores. Hay personas que presentan una sola línea en la palma, a esta se le denomina “pliegue simiesco”, se da en una de cada 30 personas aproximadamente, (los hombres tienen más probabilidad de presentar este tipo de línea palmar). A este pliegue único se le relaciona con problemas en el desarrollo del feto y con los síndromes de Down, Aarskog, Turner, Cohen y alcoholismo fetal, entre otros.
Otra característica asombrosa, y aunque muy conocida no deja de serlo, es que las huellas dactilares son únicas para cada persona, incluso los gemelos idénticos tienen distintas huellas dactilares. Esto las convierte en un rasgo que ha sido utilizado para la identificación de las personas. Eso sí, no es exclusivo de los humanos tener huellas dactilares únicas entre sus individuos, también los chimpancés, gorilas, koalas y los tejones las tienen.
Fibonacci
En la relación entre el tamaño de las falanges, tanto de manos y de pies, podemos encontrar a la secuencia Fibonacci. No son la única parte corporal de los humanos en mantener esta proporción, también la altura de un ser humano y la altura de su ombligo, la relación entre la distancia del hombro a los dedos y la distancia del codo a los dedos. Otras relaciones de la llamada proporción Áurea han sido encontradas y son sorprendentes, como la de que la mano cerrada forma naturalmente una espiral áurea o que la proporción entre antebrazo y mano es Pi.


Proporciones áureas en la mano y el brazo.