Los osteosarcomas
Son tumores raros, cuya característica propia es la producción de osteoide tumoral (trabéculas óseas inmaduras) por parte de las células neoplásicas. Se manifiestan clínicamente con dolor y una tumoración de crecimiento progresivo que puede alcanzar dimensiones significativas, afectando notablemente y en forma progresiva la actividad cotidiana del niño. En EE.UU se diagnostican 400 casos nuevos al año, a pesar de su baja incidencia representa el cáncer óseo primario más frecuente en niños y adolescentes, quinto en frecuencia en adolescentes y adultos jóvenes (de 15 a 19 años). En las radiografías se observan imágenes de características agresivas, líticas, afección de corticales con reacción perióstica, pudiéndose conformar imágenes en cepillo o triángulo de Codman. En la resonancia magnética (RMN) se observa el compromiso de tejidos blandos. En todos los casos se requieren estudios de extensión para evaluar metástasis.
Los dos tumores óseos malignos más frecuentes en la infancia son:
El sarcoma de Ewing y el sarcoma osteogénico u osteosarcoma, representan alrededor de 5 % de las neoplasias malignas en la edad pediátrica. En los pacientes menores de 20 años el osteosarcoma representa 56 % de todos los cánceres de hueso, mientras que el sarcoma de Ewing y el condrosarcoma representan 34 % y 6 % respectivamente.
Hace cuarenta años se estimó que 80 % de los pacientes con sarcomas óseos pediátricos iban a fallecer, hoy en día, cerca de 70 % sobrevive, por lo que se hace necesario buscar alternativas que preserven la mejor función posible y sean duraderas.
Tras la gran evolución de la quimioterapia hace 30 años, los avances en las técnicas de salvamento de extremidad basadas en la resección tumoral y la reconstrucción del defecto mediante aloinjertos óseos estructurales, prótesis articulares y la rotacionplastia de Van Nes, en casos más específicos teniendo en cuenta la edad principalmente, sustituyeron progresivamente a la amputación como técnica quirúrgica. Con el tratamiento quirúrgico local con nuevos diseños de endoprótesis tumorales, aloinjertos óseos estructurales y/o ortesis se ha logrado una notable mejoría en cuando a la supervivencia.
Las opciones quirúrgicas de salvamento de extremidad presentan riesgos asociados principalmente a infecciones y fistulas según el abordaje y las endoprótesis presentan un tiempo de uso limitado que puede variar según el tipo de material, el cuidado del paciente, la rehabilitación y fallas de tipo mecánico en las endoprótesis.
El tiempo de uso promedio de las prótesis antes de que necesiten ajustes o cambios es de tres a seis años, siendo mayor a cinco en los casos de lesión en el fémur distal (88 %) en contraste con la tibia proximal (58 %) según lo reportado en la literatura. La quimioterapia tiene un efecto adverso sobre la calidad del hueso y está asociada a un alto porcentaje de fatiga de la prótesis (15 % a 51 %), el aflojamiento del material requiere de una nueva intervención quirúrgica con todos los riesgos asociados a ella.
En los años cincuenta Van Nes popularizó la técnica de resección tumoral y rotación en 1800 de la pierna y el pie sobre el muslo, dejando la articulación del tobillo en función de la rodilla en defectos congénitos, hasta el punto de recibir el nombre de “plastia o rotación de Van Nes”. En los años setenta se empieza a utilizar en casos tumorales, Salzer realiza la primera rotación-plastia sobre un sarcoma de rodilla en Viena en 1974. La técnica fue mejorada por Wilkenmann, que la extendió a tumores de todo el fémur, clasificando las plastias de rotación en cinco grupos en función de la porción resecada a reconstruir.
La cirugía de Van Nes es una opción viable para el salvamento de extremidad en pacientes con tumores de gran tamaño, localizados, sin metástasis a distancia, no poliostóticos, para casos en cirugía de carácter curativo, incluso en el que el remanente del fémur quede muy corto.
La cirugía consiste en la resección tumoral, se rota el extremo distal en 1800, considerando siempre la longitud contralateral y su posterior crecimiento, se consigue reconvertir la amputación supracondílea en una amputación funcionalmente infrapatelar, en la que el tobillo rotado actúa como rodilla, permitiendo una recuperación funcional superior a las amputaciones supracondíleas convencionales y la utilización de la órtesis más funcional y evitar posibles complicaciones de cirugías por aflojamiento protésicos inevitables por el pasar del tiempo.
Los principios y las indicaciones para la cirugía de rotación de Van Nes deben abordarse antes de iniciar el procedimiento (Cuadro 1).
Cuadro 1
Principios específicos para el procedimiento de rotación de Van Nes