Todo inicia, cuando a tan solo 15 meses de edad su madre, Sarah Lockey, observa en el cuerpo de la pequeña moretones y algo de fiebre, por lo que decide llamar inmediatamente una ambulancia. Ya en el hospital, Tilly fue diagnosticada con meningitis meningocócica con una grave intoxicación en la sangre (septicimia), no sin que antes el personal médico creyera que se trataba de un convencional resfriado.
Sin embargo, asombrosamente y para regocijo de sus padres, Tilly empezó a luchar por vivir. Poco a poco se recupera y deja atrás la enfermedad pero dado que ya tenía afectados gravemente sus brazos no hubo más remedio que la amputación.
Tras el devastador diagnóstico el avance de la infección bacteriana en el torrente sanguíneo se volvía incontrolable, por lo tanto Tilly fue debilitándose rápidamente y en su delicado cuerpo los moretones se convirtieron en erupciones de un color rojo oscuro muy intenso, evidencia para los doctores de una esperanza de vida casi nula.
Como una promesa asimisma y a su hija, un día antes del procedimiento, Sarah le promete que algún día tendrá brazos nuevamente. Sin dimensionar quizás el poder de estas palabras, al día de hoy la pequeña Tilly tiene brazos nuevamente y no solo eso, es toda una celebridad biónica que va inspirando a miles con su fortaleza y su auténtica forma de soñar con el futuro.
Cabe destacar que Tilly sufrió una de las infecciones menos recurrentes en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud, y que en ese momento no existía vacuna contra dicha infección, solo hasta el año 2015 la vacuna Bexsero se incluyóen el Sistema Nacional de Vacunación del Reino Unido.